lunes, 15 de febrero de 2010

VENECIA TU Y YO


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Imagen: DamasArt


Cierro los ojos, y los pensamientos me llevan a esa pequeña embarcación, en la que recostada en tu pecho, oíamos al gondolero entonando una hermosa canción, era un arrullo para hacernos soñar que no había nada más, en ese instante solo existíamos, tu y yo, los canales de Venecia se me hacían el paraíso, el leve movimiento acompasaba los latidos de nuestros corazones.

Llegamos al Puente de los Suspiros, continuamos nuestro romántico paseo por la Plaza de San Marcos hasta llegar a las inmediaciones del hermoso hotel donde teníamos reservada nuestra habitación.

Deseábamos llegar, dar rienda suelta al amor, la pasión, los deseos imperiosos de poseernos que albergábamos en nuestro interior.

Al llegar a la habitación, creamos ese ambiente íntimo, que subyuga, velas aromáticas, inciensos, olor a sándalo, pétalos de rosas sobre nuestro tálamo, cava bien fría para brindar por nuestra unión, por nuestro amor.

Nos besábamos, toqueteábamos en el balcón que daba a uno de los canales, pero teníamos fantasías para este momento especial y nos dispusimos a cumplirlas, decidimos bañarnos por separado, primero te bañarías tú, para que te fueras vistiendo y acicalando para el momento tan deseado, yo me bañaría y vestiría… en el lavabo, para mostrarnos cubrí mis pezones con cintas rojinegras, pantimedias negras y zapatos negros, altos, como a ti te gustaba verme, peiné y perfumé mi negros cabellos, con especial esmero maquille mis ojos, perfile mis labios y esperé tu llamada, deseaba saber cómo vestirías, mantuvimos este secreto largamente acariciado, pero… queríamos sorprendernos.

Me llamaste con tanto amor y con esa voz que me enloquece, que deseaba correr a tus brazos, pero contuve unos momentos la respiración para calmar el trotar desbocado de mi corazón y el temblor de mi cuerpo, lo logré, abrí lentamente la puerta, tu perfume mezclado con el mío elevaba al máximo nuestras sensaciones, cuando te vi , creí ver una aparición, todo a tu alrededor brillaba, tus ojos brillaban con esa mezcla de picardía y erotismo que lograba transportarme, corriste a mis brazos, nos besamos, buscamos nuestras copas, y las alzamos una y otra vez para brindar por el amor que nos unía, por la pasión que por momentos se iba haciendo más intensa, al sentirnos tan cerca, nos dirigimos a nuestro tálamo, que ya estaba dispuesto para recibir nuestros cuerpos, sentir nuestras manos, labios, lenguas recorriéndonos, en un roce suave, sutil, despertando nuestras pieles, en el que la lujuria se iba apoderando de nuestros sentidos, lentamente fuimos quitándonos la ropa que nos cubría, suavemente baje la cremallera de tu traje que cayó al piso, tú con las cintas que tapaban mis pezones ataste mis manos con un hermoso lazo, tus hábiles manos fueron bajando lentamente desde mis pechos hasta quitarme las pantimedias, queríamos nuestros cuerpos desnudos, recorrías mi cuerpo con tu lengua, erizando mi piel , estremecimientos de placer me azotaban, nuestros cuerpos tan juntos que parecíamos solo uno, el lazo se deshizo de mis manos que sutilmente recorrían tu espalda y glúteos, recorríamos mutuamente grutas y cavernas, nuestras lengua penetraban nuestro interior, vibrábamos , como notas musicales, que nos hacían sentir y vivir, hasta llegar al paroxismo, mini orgasmos se sucedían una y otra vez, hasta llegar a nuestro séptimo cielo… en el piso… cintas, pantimedias, nuestros altos tacones y tu traje de lamé dorado.



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2 comentarios:

  1. Lichia...muy buen poema pasional, (casi una historia), se respira en el desde el principio la femeneidad.
    un abrazo

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  2. Margot que alegría encontrarte en mi casita, gracias por tu comentario, es mi primer relato y encontrar un mensaje tuyo, me ha emocionado.
    gracias amiga, un abrazo

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